- Experiencia de la granja a la mesa: La atención se centra en los ingredientes frescos y de primera calidad. A los instructores les encanta compartir las historias que hay detrás, como los jugosos tomates de Agro Pontino o el aceite de oliva virgen extra prensado en frío de una finca del Lacio.
- Cocineros locales de habla inglesa: Tus guías son expertos profesionales de la cocina romana, dispuestos a compartir trucos que no encontrarás en los libros de cocina. Bonus: Todos hablan inglés.
- Grupos pequeños o sesiones privadas: Con grupos pequeños de entre 10 y 20 participantes, los instructores pueden adaptar fácilmente la experiencia, profundizando en ingredientes o técnicas según tu curiosidad.
- Bebidas gratuitas: El vino, el limoncello y los sorbos sobrios forman parte de la experiencia. ¡La experiencia no está completa sin un brindis por tu duro trabajo!
- Gateway al patrimonio y la cultura romanos: En una clase de cocina en Roma, los visitantes se convierten en participantes activos de la cultura italiana, lo que resulta infinitamente más enriquecedor que limitarse a observar desde la barrera.