Máximas medias de 27-29°C (81-84°F) y mínimas medias de 16-18°C (61-64°F). Precipitaciones escasas con una media de 30 mm en 3 días.
Roma en junio está bañada por el sol, es festiva y está llena de vida. Desde óperas al aire libre hasta festivales ribereños, la Ciudad Eterna mezcla cultura, historia y energía estival. Los días largos y las noches templadas la hacen ideal para explorar por igual ruinas antiguas y plazas vibrantes.
Aprovecha los largos días soleados y compra como un local.
Roma es increíble, pero si te apetece una escapada rápida, junio es un buen momento para una excursión de un día. Imagina costas serenas, ruinas arqueológicas, callejuelas medievales y viñedos iluminados por el sol, todo ello a poca distancia de la ciudad.
Sí, Rome en junio es el comienzo de la temporada turística, con varios eventos y festivales divertidos al aire libre de los que disfrutar.
Absolutamente. Junio es temporada alta: reserva con antelación entradas sin colas para atracciones importantes como el Coliseo y los Museos Vaticanos.
El tiempo en Rome en junio suele ser cálido y agradable. La temperatura oscila entre los 29°C de máxima y los 20°C de mínima.
La temperatura del agua en Roma en junio es cálida, con una temperatura media de 22,4ºC. Por ello, es el momento perfecto para nadar en Roma.
No, el tiempo en Roma en junio es bastante seco. Sólo hay 4 días de lluvia de media en junio, lo que permite a los visitantes disfrutar de 13 horas de luz solar durante el día para explorar la ciudad.
Roma en junio puede ser un poco cara, ya que es temporada turística para visitar la ciudad. Sin embargo, si planificas los billetes de avión y el alojamiento con antelación, puedes planificar un viaje razonablemente asequible.
¡Sí! Los desfiles del Día de la República, los conciertos nocturnos, los actos al aire libre junto al Tíber y las impresionantes plazas de Roma se pueden disfrutar gratis.
A pesar de ser una gran ciudad, los romanos la consideran muy segura. Puedes dar un paseo nocturno sin preocupaciones.
No existe tal código de vestimenta fuera de las iglesias, que exigen que los visitantes se cubran los hombros y las rodillas. Si llevas pantalones cortos o una camiseta sin mangas pero quieres entrar en una iglesia, lleva una bufanda ligera o un chal.