Explorando las Catacumbas Judías de Roma: Un tour fascinante por la historia antigua

Las Catacumbas de Vigna Randanini, en la Via Appia, son el único lugar abierto al público en la actualidad. Los visitantes pueden acceder a la zona hipogea a través de un pasadizo que data de los siglos I a.C. y I d.C. Dentro de las catacumbas, verás los *loculi *o tumbas dispuestas a lo largo de los muros. También te encontrarás con las tumbas *kokhim *que están excavadas justo debajo del suelo, perpendiculares a los muros. Estas tumbas son únicas en la región, y las catacumbas de Vigna Randanini son el único ejemplo de este tipo de tumbas en las catacumbas judías romanas.

Cuando sigas explorando, te encontrarás con la cubicula o cámaras para enterramientos múltiples. Algunos de estos espacios funerarios están ricamente pintados al fresco y adornados con símbolos de la tradición hebrea. Sin embargo, algunos de los motivos hallados en los muros son habituales en otras catacumbas romanas y datan de un periodo anterior a su uso por la comunidad judía en los siglos III y IV. Se cree que se incorporaron a las catacumbas cuando ya no se utilizaban.

En el pasado existieron seis catacumbas judías entre el siglo II a.C. y el siglo V d.C. Con el tiempo, sólo dos catacumbas han perdurado: Villa Randanini y Villa Torlonia. En la actualidad, se están realizando esfuerzos para restaurar Villa Torlonia.

En aquellos tiempos, el terreno en Roma era muy costoso, y en Israel existía un sistema de enterramiento similar llamado tumbas Kukhim. Por ello, la comunidad judía de Roma utilizó las catacumbas paganas existentes, abandonadas durante las invasiones bárbaras y olvidadas hasta el siglo XIX. Estas catacumbas no sólo satisfacían las necesidades económicas y prácticas, sino que también se ajustaban a las enseñanzas bíblicas. En consecuencia, se convirtieron en el lugar de descanso ideal tanto para los individuos comunes como para los escribas.

Descubierto en 1859 por un sacerdote y arqueólogo italiano, el yacimiento está enclavado bajo un viñedo privado (vigna) perteneciente a una marquesa. Posee un estatus distintivo dentro del Mediterráneo debido a su notable estado de conservación y a la abundancia de decoraciones pictóricas que reflejan tradiciones tanto paganas como judías, acompañadas de inscripciones.